Somos recordados por los regalos que dejamos a nuestros hijos...
Una pequeña frase, escuchada por casualidad mientras veía una caricatura de Disney... La frase que da inicio a una aventura, que permite que se desarrolle la historia, el regalo que un abuelo deja a su nieto me hace pensar a la herencia tan codiciada a la que el sistema económico nos ha acostumbrado... Pero me hace pensar también al valor de una vida, de una individualidad que nace, crece y se reproduce y muere... Constantemente olvidamos que es este el proceso de la vida, lo negamos conscientes de lo absurdo que resulta pretender que la muerte no nos alcanzará.
Ahora me tomo una pausa para especificar que soy joven... Especialmente en el parámetro de vida europeo, tengo solo 30 años encima, treinta años de una ignorancia total sobre cómo mejorar el mundo o cómo ayudar realmente a los necesitados. Treinta años en los que he vivido mis experiencias, aplicado mi educación, la que recibí en casa y la que adopté de los libros,,, treinta que no me ponen sobre ninguno que tenga tres dedos de frente... De modo que me lavo las manos de la crítica que ven mis ojos, porque he vivido menos que muchas otras personas... Y en cada caso, digo:
Cuál es el objetivo de la vida? Lo pensamos? Meditamos en ello? He sentido decir a un anciano en estos días, que está luchando contra el Cancer porque quiere vivir, porque siente que es su momento, el tiempo en que debe pensar solo a él... Tú pensarás ahora que te hablo de alguien que ha dado su vida para el servicio de otros en amor y humildad, visto que es el momento para él... Pero de lo que me resulta, de los relatos de uno de sus hijos, del hecho de que el mayor lo ignore y la más pequeña lo deteste, me resulta que haya siempre constantemente pensado a él. No es mi intención por ello decir que merece la muerte, sino que me parece increíble cómo logramos contarnos a nosotros mismos las cosas, en modo que quizá habiendo hecho siempre solo lo que quizo, tantas veces incluso sin cumplir con sus responsabilidades básicas, se dice así mismo cada mañana, hoy amo la vida, estoy enamorado de la vida, de mi vida... Porque hoy es el tiempo para mí.
Me pregunto si este hombre no es el ejemplo de todos los hombres... Como lo sugiriera el escritor. Un hombre vale todos los hombres, porque lo que importa es el individuo... Por sobre todas las cosas, sobre su prole, sobre la vida de las bestias que le pertenecen, sobre sus bienes. No es peor ni mejor a nadie, es solo una cara de la humanidad, que está enferma de egocentrismo. Veo aquí donde vivo casas vacías, enormes casas con enormes porciones de tierra que son dejadas en mano de las iglesias, protestantes en el caso de los ricos protestantes, católicas en el caso de los católicos. Ancianos sin familia, sin hijos, sin futuro... Porque para mí una persona de los cincuenta para arriba es una persona anciana, que no tiene futuro sino en disfrutar de las nuevas generaciones que la vida le ha concedido. Pero veo tantos ancianos, sin hijos, sin padres, sin hermanos, que pelean con los vecinos si por accidente el perro entra en sus tierras... Defender la propiedad contra cualquiera que quiera acercarse, para quien? Cuanto más piensan vivir? Me pregunto.
...Pienso ahora a la historia y la vida de este hombre triste, que no ha sabido amar a una mujer como se debe y se encuentra solo a llorar sobre su propia espalda, de pesar sobre aquellos que han decidido de amarlo y seguirlo, en modo que quieren solo alejarse de él... Pienso en su vida, la que trata de preservar y me pregunto si piensa que realmente es tan valioso que siga sobre el planeta.
Todos merecemos morir y por fortuna todos moriremos, pero la vida me ha enseñado que la justicia como la imagino y concibo no existe... Porque no vencen los buenos, porque quien lucha por la justicia muere en mano del malvado, porque pocos se engordan mientras tantos mueren de hambre y mueren los inocentes mientras que "hierva mala nunca muere" sino de vieja, rodeada de bienes, sin arrepentimientos, sin remordimientos. Y en esta extraña realidad en la que estamos atrapados ver luchar a alguien por salvar algo en lo que no parece se haya esforzado tanto cuando tantos se esfuerzan y mueren me deja la sensación de que tenemos los valores invertidos.
Si nos preparáramos para recibir a la muerte en cambio de tratar de correr en la dirección contraria? Si tratáramos de remediar nuestros errores y pidiéramos perdón? Si pudiéramos ante la adversidad ser humildes y comernos un plato de nuestras propias palabras? Sucedería algo. Estoy segura. Tarde o temprano llegará también a mí el momento de demostrar si la coherencia puede más que el egoísmo nato de la humanidad, que hace de nosotros seres egoístas y despreciables.
Puedo esperar entonces que la sabiduría toque mi lengua antes de proferir palabra, la mejor palabra es la que no se dice... Que mis manos puedan amar y demostrar cada día que el valor de la vida no está en cuanto logramos alargarla, sino en cómo vivimos el tiempo que tenemos en este planeta al que llamamos casa. Que mi trabajo sirva para dejar a mis hijos el un regalo que les haga recordarme y que el creador del universo, el gran escritor, sea quien sea, me permita irme, cuando me tenga que ir... Sin decir a una desconocida, ahora trato desesperadamente de luchar r mi vida porque es el momento de pensar en mi...
En fondo estoy consiente de no ser la madre Teresa de Calcuta, para pretender que he dado mi vida al servicio de los más necesitados.